Nuestra historia, Paula Pérez Mateos

13.04.2020

"Estamos viviendo tiempos difíciles. Calles vacías, locales de todo tipo cerrados, al igual que escuelas y sitios de trabajo. Como si se tratase de una película postapocalíptica, únicamente siguen en funcionamiento supermercados y farmacias.

¿Acaso esto no se veía venir cuando empezamos a ver los primeros contagios en Wuhan? Es curioso cómo, al aparecer alguna novedad tecnológica o de cualquier otro tipo, esperamos impacientes a que llegue a nuestro entorno con la certeza de que lo hará. Sin embargo, en este caso, abundó la intrascendencia e incluso la ignorancia surgida del pensamiento colectivo de que eso era 'algo de allí', como algo exclusivo de China. Nuestra ignorancia ha pasado por varias fases: cuando veíamos que se estaba extendiendo, nos limitábamos a decir que 'era un simple resfriado' y a centrarnos más en las teorías conspirativas en torno a su origen; luego, veíamos un peligro más inminente al ver tales datos respecto a muertes en países más cercanos a nosotros y ahí es cuando, ligeramente, nos empezamos a preocupar porque aún seguíamos con el pensamiento de que 'no nos puede pasar nada'; finalmente, con el virus en nuestro país, saltaron las alarmas y se proclamó de inmediato un Estado de Alarma dejando un escenario digno de ficción. Este no debería sorprendernos, pero lo hace; y día a día hay gente que se queja cada vez que se prolonga este Estado, de sus conciertos cancelados, de sus horarios modificados para realizar el trabajo o estudio por vía telemática... todo esto mientras sacan al perro cuatro veces al día o van a comprar otras seis veces. Parece ser que nos seguimos creyendo invencibles y que, aún teniendo casos, no en China, sino en nuestro propio pueblo, en nuestra propia calle, seguimos siendo unos ignorantes guiados por el egoísmo bajo el lema inmortal del 'a mí no me pasará'.

Nos lo hemos ganado. Nuestra propia actitud ha hecho que estemos sufriendo todo lo que estamos sufriendo, ya no solo por nuestro egoísmo anteriormente mencionado, sino por nuestro comportamiento a lo largo de los años. La humanidad se ha dedicado a arrasar con todo sin pensar en ninguna consecuencia y nosotros como individuos hemos vivido muy a gusto en nuestra omisión en todo lo demás. No nos preocupamos por nada hasta que nos pasa, y aún cuando nos pasa no sabemos valorar absolutamente nada. Esta situación, además de merecida por nuestra ignorancia, debería enseñarnos mucho al acabar. Deberíamos aprender a valorar lo afortunados que somos, a ampliar nuestra preocupación más allá de nuestras narices y a aprender que el mundo funciona como uno solo. Además, darnos cuenta de que esta situación está haciendo que estemos más unidos y que todos nos estemos preocupando por todos, ¿no debería ser así siempre?

Si de algo hay certeza es de que esta situación no va a dejar indiferente a nadie. Sin embargo, estos cambios morales individuales permanecerán los primeros meses, quizás hasta mediados de 2021; luego cuando nos acostumbremos a la normalidad (que parece ser que tardamos menos), volveremos a ser unos egoístas y de estos valores aprendidos en esta situación tan dura no quedará nada. Todo esto será un recuerdo de algo que pasó, pero de manera muy lejana, como si con nosotros no fuese la cosa, otra vez. La humanidad, por desgracia, ya ha pasado por situaciones muy malas que hemos estudiado en libros de historia para aprender de ellas. Pero, en aquellos tiempos no aprendieron nada que les durase a largo plazo, pues se han seguido repitiendo desgracias a lo largo de la historia y, nosotros, parece ser que tampoco hemos aprendido nada de nuestros antepasados y nuestra historia ya que, de haberlo hecho, hubiésemos entendido que estos malos momentos son: primero, posibles y, segundo, inevitables en el transcurso de nuestra historia en este planeta.

Como conclusión de todo esto, esta situación por muy dura que sea y extraña que nos parezca, en realidad ha sido inevitable. Ahora es cuando nos estamos dando cuenta de todo lo que teníamos antes. ¿El papel del capitalismo en todo esto? quizás sea digno de otra discusión aparte, pues estamos viendo que el principal y mayor error con el que no cuenta nunca un sistema así (y el único que lo puede hacer colapsar), es que solo se consuma lo que se necesita. Sin embargo, no debe ser este el tema principal ya que solo refuerza nuestra obsesión en el dinero y, otra vez, el egoísmo. Definitivamente los valores que se refuercen en este paréntesis de nuestras vidas, deberíamos esforzarnos por no perderlos al poco tiempo de superarlo. Pues estamos viendo claramente que no es tiempo para dar más importancia a otra cosa que no sea la salud. No es tiempo para que importen las ideologías, no es tiempo para darle más importancia de la que tienen a nuestras diferencias, no es tiempo de negar ayuda y, lo más importante: no es tiempo de pensar en los lujos materiales, sino en los verdaderos lujos como pueden ser los familiares, los amigos o tu propia salud. Porque estos son elementos no perecederos (de ahí su valor), que debemos apreciar siempre, porque algún día no van a poder estar a nuestro lado. 

Quizás, deberíamos actuar continuamente como si estuviésemos en un Estado de Alarma."

PAULA PÉREZ MATEOS

Comisariada por Nerea López Isidoro
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar